Corredor Norte del Margalida
Un paisaje gélido, silencioso y solitario rodea la majestuosa y vertical cara norte del Margalida. El corredor se presenta gris, con poco hielo y con los resaltes muy técnicos. En su interior no corre el agua, hace frío, todo se encuentra helado y solo el picoteo de nuestros nuestros piolets y crampones rompe su perpetuo silencio. A los pocos largos la niebla nos envuelve y el viento no hace más que derramar chorros de nieve que se deslizan desde el collado por la vertical pendiente del corredor.
Por fin cumbre. Llegamos al collado, sin tenerlo muy claro desde el principio. Cada largo nos impone una nueva incógnita que vamos resolviendo, pero sin mucha certeza de conseguir resolver la ecuación completa. Los diferentes resaltes nos obligan a acariciar, más que clavar, el fino hielo que cubre la roca.
Cuatro horas de aproximación -desde los Llanos del Hospital de Benasque- tres de ascenso y una y media para descender por los rápeles ya instalados.
Es conveniente utilizar cuerdas de 60 metros si queremos empalmar adecuadamente todas las reuniones.
Cuatro horas de aproximación -desde los Llanos del Hospital de Benasque- tres de ascenso y una y media para descender por los rápeles ya instalados.
Es conveniente utilizar cuerdas de 60 metros si queremos empalmar adecuadamente todas las reuniones.
Comentaris
Publica un comentari a l'entrada